El vuelo 447 de Air France fue un vuelo internacional entre el Aeropuerto de Galeão, de Río de Janeiro, y el Aeropuerto Charles de Gaulle, de París. El 1 de junio de 2009, el avión, un Airbus A330-200, registrado F-GZCP (primer vuelo el 25 de febrero de 2005),1 desapareció sobre el océano Atlántico con 216 pasajeros, entre ellos 61 franceses, 58 brasileños, 26 alemanes, 71 de otras 29 nacionalidades,2 y 12 tripulantes a bordo, incluyendo tres pilotos.3 4
Las autoridades de Brasil pusieron a la Fuerza Aérea Brasileña a realizar una búsqueda con un avión militar C-130 Hercules en la zona del archipiélago de Fernando de Noronha, donde se creía que pudo haber caído la aeronave.5 A pesar de que se avistaron los posibles restos del avión, la Fuerza Aérea Brasileña afirmó tras recogerlos y analizarlos que tanto éstos como un líquido flotante encontrado en el mar no pertenecían al vuelo 447 de Air France, a pesar de que un piloto de Air Comet afirmó ver restos en llamas caer al mar6 y que otro piloto de la Fuerza Aérea Brasileña informó haber visto luces naranjas en el mar cerca del archipiélago de Fernando de Noronha.7 El Bureau d'Enquêtes et d'Analyses pour la Sécurité de l'Aviation Civile (BEA, Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil en francés) está investigando el accidente del vuelo 447 de Air France, ocurrido en la costa brasileña.8
Desde el día 6 de junio y hasta mediados de dicho mes la Fuerza Aérea Brasileña ha recuperado al menos 44 cuerpos y, a falta de confirmación, otros 6 más, además de numerosos objetos, todos provenientes del avión siniestrado. El hecho de que los restos y cadáveres no presenten quemaduras reafirma la tesis de que el avión no explotase. Por otra parte, evidencias que apuntan a que la tripulación estaba de pie en el momento del accidente indican que probablemente la tragedia ocurrió de forma repentina e inesperada.9 10 11 Tras la confirmación oficial del hallazgo de restos de la aeronave varios días después del accidente, esta tragedia ha pasado a ser la peor acontecida en la larga historia de Air France, superando la del vuelo 4590 del mítico Concorde el 25 de julio de 2000.
El Airbus A330-200, matrícula F-GZCP, despegó de Río de Janeiro el 31 de mayo a las 19:03 hora local (00:03 del 1 de junio en París y Madrid) y estaba prevista su llegada a París-Charles de Gaulle a las 11:10 (hora local de Francia y España).
El avión atravesó una zona de fuertes turbulencias durante el vuelo.
En su primer comunicado, la autoridad del aeropuerto de París indicó que el contacto se perdió mucho después, a las 06:00 UTC, hora en la que el avión debería encontrarse mucho más cerca de Europa (probablemente sobre las islas Azores).
El último contacto por radar con el avión se realizó a las 01:33 UTC14 (otras fuentes indican las 22:48, hora de Brasilia UTC-3)15 , cuando fue detectado por el radar situado en el archipiélago de Fernando de Noronha. En aquel momento la aeronave volaba a 35.000 pies, por debajo de su cota normal de 37.000 pies de altura.
A las 23:00 (hora de Brasilia UTC-3) se comunicó desde la aeronave que ésta estaba atravesando una zona de turbulencias con nubes negras pero que no había problemas. Diez minutos después se recibió un mensaje automático indicando que el piloto automático estaba desactivado (desactivación irregular, al ser normal que esté activado en esa fase del vuelo). Seguidamente se recibió otra alerta que indicaba que se había puesto en marcha el sistema auxiliar de alimentación eléctrica.
Dos minutos más tarde se recibieron indicaciones de que los sistemas Air Data Inertial Reference Unit e Integrated Standby Instruments System (sistemas de monitorizado de importantes parámetros de la navegación aérea) habían dejado de funcionar.
La última alerta, recibida a las 23:14 (hora de Brasilia UTC-3), fue la alerta de Cabin Vertical Speed, que indicaba la entrada de aire exterior en la cabina, lo cual podría corresponder a una despresurización, o a que el avión ya estaba cayendo.
En total se emitieron 24 señales de anomalías en los cuatro últimos minutos de contacto con la nave. En parte el accidente ocurrió por un cambio brusco de temperatura cuando el avión se dispuso a entrar en la tormenta donde el QNH (presión atmosférica calculada al nivel medio del mar) pudiera cambiar bruscamente debido a la tormenta y así poder haber tenido un dato erróneo de la altitud que llevaban.
El portavoz de la Fuerza Aérea Brasileña, coronel Henry Munhoz, declaró a la televisión brasileña que el radar en las Islas de Cabo Verde no detectaba la aeronave sobre el Océano Atlántico, por lo que se habían enviado varios aviones.5 Además de los aviones de búsqueda y rescate brasileños, hacia el archipiélago de Fernando de Noronha se enviaron aviones de reconocimiento franceses, uno de ellos desde Dakar.17 Al final de la mañana el vuelo AF447 había sido eliminado de la lista de los vuelos en el sitio web de Aéroports de Paris.5 A las 19:00 UTC del 1 de junio, España envió un avión CASA CN-235 de patrulla marítima en misión de búsqueda y rescate cerca de Cabo Verde.18
El director ejecutivo de Air France, Pierre-Henri Gourgeon, afirmó en una conferencia de prensa: «Estamos probablemente ante una gran catástrofe aérea». Un portavoz de Air France especuló que la aeronave podría haber sido alcanzada por un rayo,13 aunque este hecho rara vez causa un accidente de aviación.19 El Ministro del Ambiente francés, Jean-Louis Borloo, recordó que el avión "se encontraría en esos momentos sin reservas de queroseno y que en adelante "debía contemplarse el escenario más trágico" (fuentes citadas por la revista francesa L'Express). Las autoridades del aeropuerto Charles De Gaulle afirmaron que no había «ninguna esperanza de encontrar supervivientes»
Unas horas después de que las autoridades anunciasen que habían encontrado el asiento de un avión, una boya anaranjada e indicios de combustible en una región del Océano Atlántico con profundidades de hasta 4,8 kilómetros,24 la Fuerza Aérea brasileña ubicó sobre el océano más partes metálicas, entre ellas un objeto de siete metros de diámetro. En total se encontraron cientos de objetos metálicos y cables que cubrían una extensión de cinco kilómetros, supuestamente los restos del Airbus A330-200 de Air France.25 Algunas de las piezas fueron encontradas dentro de los límites de las aguas brasileñas. Por su parte, Francia descartó problemas en el despegue. En las horas siguientes se enviaron buques militares a la zona.
A raíz del descubrimiento de los restos efectuado por pilotos militares brasileños, el gobierno de Brasil confirmó (en un primer momento) que el avión cayó en esa área, a cientos de kilómetros del archipiélago Fernando de Noronha.26 El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, confirmó el 2 de junio que pertenecían al vuelo siniestrado, al declarar que el avión del vuelo 447 de Air France "cayó en la zona brasileña", divisado por un avión Embraer R-99 de la Fuerza Aérea de Brasil.27 "No hay la menor duda de que los destrozos son del avión de Air France", dijo Jobim en conferencia de prensa en Río de Janeiro, después de visitar en un hotel a los familiares de los 58 brasileños que viajaban en la aeronave.28 El funcionario indicó que los restos hallados incluían piezas metálicas y no metálicas, pero no las describió en detalle. Junto a los restos no se encontraron cadáveres del accidente de un Airbus en el que se creía que perecieron todos.
El 4 de junio, tras analizar los restos recogidos, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) descartó que perteneciesen al Vuelo 447, lo cual hizo que el misterio continuase y que prosiguiese la búsqueda de la localización de la aeronave y los pasajeros.29 Dos días después de haberse confirmado que los restos encontrados no pertenecían al vuelo 447, autoridades brasileñas confirmaron el hallazgo de 2 cadáveres y una maleta pertenecientes al vuelo 447 de Air France flotando en el Océano Atlántico, lo cual dio indicios de la localización oficial de la aeronave. A su vez, se indicó que la aeronave envió mensajes automáticos indicando que una parte esencial del fuselaje se rompió en el aire antes de desaparecer en el radar.30
El 7 de junio se confirmó el hallazgo de más cadáveres, con lo que la cifra asciende a 17 cuerpos.31 El teniente coronel Henry Wilson Munhoz, de la Fuerza Aérea de Brasil, explicó que la Marina de su país se ocupó del rescate de nueve de los cuerpos, mientras que los otros ocho habían sido recuperados por la fragata francesa "Ventôse", que también opera en la zona de búsquedas, cerca de los peñascos deshabitados de San Pedro y San Pablo.32
Para el 8 de junio, los equipos de rescate recuperaron ocho cuerpos, lo que elevó a 24 la cifra de víctimas retiradas del mar. Asimismo, el portavoz de la Fuerza Aérea Brasileña mostró a los periodistas fotografías de la cola del avión con los colores de Air France, siendo rescatada de las aguas por miembros del equipo de socorro, que luego sería trasladada a Recife.33
Hasta el 11 de junio, los equipos combinados de la fuerza aérea y la marina de Brasil y Francia han rescatado 44 cuerpos de las víctimas en total; 16 de ellos se encuentran en Recife y han sido avistados otros cerca de un área que las autoridades han considerado área primordial, ubicada a unos 1.350 km aproximadamente de las costas brasileñas.34 Así también la Fuerza Aérea de Brasil ha dicho que continuará su búsqueda de víctimas hasta el día 19 de junio.
De acuerdo con la Oficina de Investigaciones y Análisis Aéreos, era poco probable que se recuperaran las cajas negras debido a la profundidad del océano en ese punto y a la complicada geografía del lecho submarino.37 Un avión brasileño tipo AWACS fue enviado a la zona para trazar una cartografía de los restos; un avión francés Falcon 50, especializado en la búsqueda de piratas y narcotraficantes, también fue enviado al área.37 Finalmente, un navío con dos minisubmarinos fue enviado al lugar, para intentar rastrear la señal de localización que las cajas negras emitieron durante aproximadamente un mes
Investigaciones reconstructivas del accidente realizadas por Airbus y la BEA (Bureau d'Énquêtes et d'Ánalyses pour la Sécurite de l'Aviation Civile) determinaron a partir de los 24 mensajes automáticos enviados en 4 minutos por el computador de mantenimiento a bordo, de que el vuelo 447 enfrentó condiciones atmosféricas adversas súbitas con una alta densidad eléctrica (tormenta eléctrica) y gradientes térmicas provocadas por masas de aire caliente en ciclo ascendente-descendente hacia zonas muy frías a partir de las 23:10 (UTC-3).61
Aparentemente, la alta tecnología de la aviónica del Airbus jugó en contra, ya que a partir de los restos escasos del fuselaje y de los mensajes del computador de mantenimiento, se planteó que el vuelo 447 enfrentó una Zona de Convergencia Intertropical con al menos dos frentes sucesivos de mal tiempo en desarrollo. El avión estuvo a punto de partirse de las 23:10 en medio de un amplio campo de nubes de tipo cumulonimbus, y que los tubos Pitot (sensores de presión situados debajo del fuselaje del avión) alcanzaron el punto de rocío y se obturaron con hielo, provocando que la computadora de vuelo desconectara sin intervención humana el piloto automático, el cual mantenía la aeronave en vuelo autocontrolado en un momento crítico en que las cizalladuras de viento obraban dinámica y fuertemente sobre el aparato, y además existían cambios térmicos relevantes entre un segmento y otro en que se desplazaba el avión.62
La tripulación se vio obligada a tomar el control manual del avión cuando este volaba a gran velocidad en aire muy delgado, con gradientes térmicas muy fuertes de -40 °C para pasar a -20 °C y luego a 23 °C; es decir, corrientes calientes en ciclo de ascenso-descenso, para volver a zonas de bajas temperaturas con microcristales de hielo, provocando la obturación de los tubos Pitot y de este modo, una cadena de accidentes. El avión ya en control manual, en algún punto debió ser succionado por una masa de aire en descenso.63
Las presiones de onda supersónicas cambiaron entonces de centro de gravedad trasladándose desde las alas a la punta del avión, haciendo que éste se desestabilice y entre en una súbita caída vertical a gran velocidad, sometiendo el fuselaje a presiones extremas que destrozaron la cabina.
Los investigadores determinaron que el avión chocó con el agua más o menos intacto, y se sumergió a una profundidad de 4,5 km.64 Es un misterio aún el porqué la tripulación no evitó directamente el frente de mal tiempo; pero existen evidencias de que al menos hubo una modificación mínima del Plan de Vuelo por parte del piloto.
Fuente: Wikipedia